El marketing experiencial ha sido en los últimos años el caballo ganador en las estrategias de ventas de las marcas, sobre todo para un segmento de la población: los millennials y la generación Z. Y son estos mismos, los que a día de hoy, a pesar de la crisis que estamos viviendo, siguen queriendo que las marcas creen experiencias para poder conectar con ellos. Pues consideran que la experiencia es un factor clave que les empuja a tomar decisiones de compra. 

¿Qué es el marketing experiencial?

La definición de marketing experiencial dice que esta estrategia o filosofía consiste en crear experiencias para conseguir llegar al cliente de forma creativa y memorable, consiguiendo crear vínculos emocionales entre consumidores y marcas. 

Muchas marcas son conscientes de que este tipo de marketing emocional es el detonante para que los usuarios conviertan y terminen siendo fieles seguidores de su marca. 

Las marcas que son capaces de estimular nuestros sentidos de forma positiva nos hacen vivir experiencias que después recordaremos con agrado. 

Y además del placer sensorial, están las emociones y los sentimientos que generan estas experiencias, esenciales para la toma de decisiones.

Obtenemos percepciones emocionales e información sobre la marca a través de las experiencias.

Asimismo, en los últimos años, el marketing experiencial se ha apoyado en nuevas formas de comunicación como estas para obtener buenos resultados:

Todo estos son modelos abiertos de innovación que nos permiten generar experiencias, donde el alcance dependerá de la implicación del cliente. Evidentemente, el Coronavirus va a suponer un antes y un después en los cambios de hábitos de los usuarios y por tanto en la forma de entender el marketing experiencial. 

El marketing experiencial se sirve de las nuevas tecnologías de diferentes formas, relacionándose ambos conceptos de forma muy estrecha. 

Para conocer mejor a los clientes y segmentar las diferentes acciones, se utiliza el Big Data y la analítica avanzada.

El gran reto para las empresas es lograr un uso útil de estas tecnologías.

Gracias a la información que proporcionan los datos se pueden tomar decisiones más eficaces y rápidas obtienen una gran ventaja competitiva en el mercado.

Algunas acciones de marketing experiencial potencian la participación del público mediante dispositivos táctiles y otros elementos interactivos.

Quizá uno de los mejores beneficios del marketing emocional es la forma en que se genera publicidad en torno a las acciones que se llevan a cabo.

¿Cómo se hace el marketing experiencial?

No hay un ABC para esta estrategia: se trata de buscar la forma de transmitir al público la personalidad de la marca y sus valores consiguiendo emocionarles y resultar memorable.

Cada marca ha de hacer su propia reflexión sobre la mejor forma de lograrlo, teniendo en cuenta que:

- No solo hay que conocerle muy bien, sino que hay que tener la capacidad de “ponerse en sus zapatos”.

- Ayuda mucho si además conseguimos hacerle sentir especial. - Y es necesario innovar, buscando nuevas formas de hacer las cosas para sorprender. 

- Incluir elementos interactivos y/o permitirles que tomen decisiones.

- Pueden tener lugar en la calle o en espacios públicos, en el punto de venta, en eventos. En cualquier punto de contacto entre el público y la marca.

- Ayudando a crear conexiones.

- Hay que intentar que la marca “se haga amiga” del público, proporcionando la oportunidad de una interacción directa. 

Las historias tienen la capacidad de emocionar y conmover.

Efectivamente, no será un reto fácil para las marcas. Lo que antes se podía hacer en un espacio abierto con miles de personas, hoy se traduce en acciones más pequeñas y personalizadas. Sin embargo, no es imposible, tan solo tienes que crear una comunidad fuerte entorno a tu marca y adaptar tu estrategia de marketing experiencial a los nuevos cambios de hábitos de los consumidores, apoyándote en la tecnología, la innovación y la creatividad.